Por Gonzalo Véjar Paz, antropólogo – Corporación ACCESO.
Una de las alternativas que ofrece una sociedad democrática es la posibilidad de realizar transformaciones, de cambiar las reglas del juego, no sacralizando el orden existente y yendo más allá de la inercia del tiempo.
Esto permite una interrogación constante respecto a las finalidades, las formas y los estilos políticos, en actos propiciados por las inquietudes, convicciones y reflexiones, deliberando sobre si lo positivo efectuado actualmente, lo será también en el futuro. En este sentido, el Sociólogo Alberto Mayol plantea que “la política reconoce intereses, articula dimensiones de conflicto, establece procesos de decisión, debate sobre visiones de mundo, muestra los caminos y sus avatares, se juega en la confianza y la credibilidad, busca legitimidad en su dominación, es espacio de usurpación de poder, de conquista, de lucha”.
Una democracia real y profunda desemboca en una sociedad auténticamente política, donde el orden no es naturalizado y la participación de los ciudadanos en las esferas de toma de decisiones se acrecienta y robustece. ¿Cuáles serán entonces los pensamientos y definiciones de los candidatos a Parlamentarios y de Presidente de la República en estas materias? ¿Serán estos temas relevantes en la elaboración de sus planes de acción y programas de gobierno? ¿Expondrán con claridad y honestidad las ideas matrices que sustentan su candidatura y que actuarán como base de la construcción discursiva respecto del futuro?
Una candidatura a Parlamentario o a Presidente de la República, responsable, seria y respetuosa, sobre todo en el actual contexto de desprestigio de la actividad política y de la lejanía de los partidos con respecto a los ciudadanos, debe explicitar que existe una reflexión sobre la realidad del distrito, circunscripción o el país y un deseo respecto del futuro, representando la opción por una senda posible de recorrer y no necesariamente por una trayectoria irremediable.
El papel de los medios de comunicación, de los líderes de opinión y de los propios ciudadanos será fundamental para consultar a los candidatos respecto a estas materias, ello si realmente creemos que nuestra participación importa y no nos entregamos a ciegas a lo que una burocracia iluminada decida desde arriba.
Sin duda este accionar ciudadano se complejiza en un contexto de sociedad que ha estado definido por el neoliberalismo, con conductas pasivas, sumisas y egoístas, donde ha primado el individualismo, el consumo, la competencia y la comodidad.
Por tanto, los partidos políticos que puedan identificarse con medidas transformadoras y progresistas, deben necesariamente enfrentar esta alienación, diseñando por tanto nuevas estrategias de politización.