Buscar el colegio ideal o rendir un examen de admisión escolar es muchas veces un proceso estresante, tanto para padres e hijos. La especialista de la U. Mayor, Paola Mandujano, entrega algunas recomendaciones.
Los niños que ingresan al sistema escolar enfrentan una situación necesaria en su desarrollo, por lo tanto es esperable que se adapten sin mayores dificultades a un proceso que, si bien implica un cambio, no tendría por qué ser negativo. Esto dependerá de factores tanto individuales como contextuales, como por ejemplo seguridad personal, padres conectados con las necesidades de sus hijos, expectativas coherentes y experiencia preescolar anterior.
Así lo señala Paola Mandujano, docente del área Clínica Infanto Juvenil de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor de Temuco. “Dentro de los factores que favorecerán u obstaculizarán la respuesta al cambio, resulta fundamental la actitud de los padres, pues a veces tienen expectativas que no se relacionan a la personalidad del hijo; se centran más en la búsqueda de excelencia académica, perdiendo de vista la relevancia de la educación integral, traspasando sus preocupaciones y ansiedades a los hijos, e interfiriendo emocionalmente su comportamiento”.
Reacciones
Consultada sobre cuáles son las reacciones más comunes de los niños a la hora de dar una prueba de admisión, la psicóloga explica que si el niño experimenta la situación como una evaluación o examen que implica dificultad, tenderá a evidenciar señales de ansiedad que podrían ir desde la negativa a rendir la prueba de admisión, inhibición en la conducta, llanto u otras manifestaciones que implican alteración de su forma habitual de comportamiento en situaciones nuevas.
“La respuesta de un niño que ha asistido a jardín infantil frente a uno que no, probablemente diferirá, pues este último no tiene vivencias relacionadas al hecho de permanecer en un espacio físico diferente, compartir con pares y educadoras; lo que podría aumentar la ansiedad al momento de rendir un examen. Resulta habitual que la expectación ansiosa caracterice más la respuesta emocional de los padres, que la de los niños propiamente tal”, afirmó la terapeuta familiar con más de 18 años de experiencia en el área y que hoy se desempeña como psicóloga clínica del Programa de Reparación y Atención Integral en Salud, PRAIS Araucanía Sur.
¿Qué hacer?
La especialista recomienda a los padres explorar las alternativas de colegios que existen y hacer una pre selección de dos o tres establecimientos que cumplan con lo que ellos esperan, incluso revisando el plan educativo que los rige. Esta pre selección debería ser coherente con las características del niño y no con otras expectativas paternas, para minimizar el exceso de presión que podrían poner los padres en el niño, frente al temor de que éste fracase.
Asimismo, agregó Mandujano, el proceso de postulación no debe ser presentado al niño como una situación de evaluación de capacidades, pues esto conlleva la idea de éxito y fracaso, aumentando la frustración si no es “aceptado”. Los padres deben explicarle que irá a conocer el colegio donde podría estudiar y en lo posible hacerlo previamente, para que conozca las dependencias del colegio y se familiarice con él. El niño debe sentir que asistirá a una actividad entretenida y que nada de lo que haga estará mal.
¿Qué hacer frente a una reacción extrema?
Si en el momento de rendir la prueba de admisión el niño presenta una reacción de ansiedad extrema, los padres no deberían obligarlo a realizar la actividad, pues su funcionamiento habitual se encontraría interferido emocionalmente y no podrá rendir como lo haría habitualmente, sintiéndose vulnerable.
“Se podría intentar rendir la prueba de admisión otro día o evaluar la permanencia del niño en un jardín infantil, para cursar pre kinder por ejemplo. En un año la madurez cognitiva y emocional presenta avances considerables y cada niño desarrolla sus potencialidades de manera diferente”, analiza la psicóloga.
Recomendaciones
Los días previos a la evaluación, no hablar mucho del tema, para no aumentar la ansiedad, sólo responder las dudas que surjan espontáneamente desde el niño.
Evitar hablar del tema con otros familiares y amigos frente al niño, pues evidencian sus deseos de ingreso a un establecimiento específico.
Planificar con cautela los horarios del día de la prueba de admisión, para evitar estrés en los adultos, que se traspasa a los niños.
Aclarar que se le esperará, para evitar la sensación de soledad.
Cuando el niño ha terminado, evitar preguntas como por ejemplo ¿cómo te fue? o ¿respondiste todo?, y usar ¿cómo lo pasaste?, ¿me quieres contar algo de los juegos que hiciste?
Por Raúl Hauenstein Jeria