
La Chemobox es una cubierta lúdica y colorida diseñada para envolver las bolsas de suero utilizadas en la quimioterapia pediátrica.
La Unidad de Oncología Infantil del Hospital Hernán Henríquez de Temuco, en colaboración con la carrera de Terapia Ocupacional de la Ufro, concretó la entrega del innovador Proyecto Chemobox: Cajas que abrazan, una iniciativa de humanización hospitalaria que busca transformar la experiencia de niños y niñas en tratamiento oncológico a través del juego, el color y el sentido de pertenencia.
La Chemobox es una cubierta lúdica y colorida diseñada para envolver las bolsas de suero utilizadas en la quimioterapia pediátrica. A diferencia de otros dispositivos similares usados en el mundo, este proyecto tiene un enfoque comunitario, ya que no son cajas individuales, sino diseños intercambiables pensados colectivamente con los niños, sus familias y el equipo clínico, permitiendo representar sus intereses, personajes favoritos y temáticas que les resulten significativas.
“Este es un proyecto que surge desde la carrera de Terapia Ocupacional, particularmente desde la motivación de Bastián, quien se acercó con esta idea que se alinea completamente con nuestra visión de que la infancia se mantenga viva, incluso durante el tratamiento del cáncer”, destacó Alberto Arencibia, jefe de Oncología Infantil del Hospital Regional.
El desarrollo del proyecto tomó cerca de un año y contó con la colaboración activa del equipo clínico de la Unidad Pediátrica, enfermeras, psicólogos médicos y lo más importante, la participación directa de los pacientes. Los niños y niñas fueron consultados sobre sus preferencias y gracias a ese vínculo, se crearon diseños que hoy los acompañan durante sus sesiones de quimioterapia, transformando un proceso invasivo en uno más cálido, cercano y amigable.
El proceso de diseño se inspiró en experiencias internacionales, adaptadas a la realidad local. Las Chemobox fueron creadas con impresión 3D, utilizando materiales que combinan resistencia, flexibilidad y seguridad para el entorno hospitalario. Junto con las cajas, se desarrolló un set de juegos que buscan modificar la rutina biomédica desde una perspectiva ocupacional y psicosocial, favoreciendo la recuperación emocional de los pacientes.
La Corporación de Niños con Cáncer (Conile), que mantiene un vínculo histórico con el hospital, fue clave en la conexión con las familias. Margarita Troncoso, directora ejecutiva de la entidad, señaló que para ellos “esto es humanizar la salud. Desde el primer momento quisimos apoyar este proyecto. Aquí es donde los niños viven, donde están sus familias, donde se hicieron las entrevistas, donde se pensó cada diseño. Ser el puente entre ellos, el hospital y la universidad, fue un honor”.
Actualmente, la Unidad de Oncología Infantil atiende a cerca de 250 pacientes en seguimiento y diagnostica anualmente entre 35 y 40 nuevos casos. En este contexto, iniciativas como Chemobox no sólo embellecen el entorno hospitalario, sino también generan un impacto positivo real en el estado emocional y clínico de los niños, facilitando la adherencia y la experiencia del tratamiento.
Este proyecto, que contó con financiamiento externo y un equipo interdisciplinario de más de 10 personas, entre académicos, estudiantes, diseñadores y profesionales de diversas áreas, se proyecta como una iniciativa replicable y en constante evolución. El compromiso de sus impulsores es que esta experiencia no sea un evento aislado, sino el inicio de una transformación continua en la forma en que se vive la atención pediátrica oncológica en nuestra Región.