Esta alga produce, entre otros efectos, un deterioro del paisaje y de las actividades productivas en las cuencas afectadas, impactando las actividades turísticas, especialmente la pesca deportiva.
El Didymo es una alga que cubre con su espesor a veces superior a 20 centímetros, hasta el 100 por ciento de los sustratos de los ambientes acuáticos, provocando severas alteraciones fisicoquímicas y biológicas en los mismos, con efectos negativos en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas fluviales, deterioro del paisaje y de las actividades productivas en las cuencas afectadas, impactando las actividades turísticas, especialmente la pesca deportiva.
Esta situación generó que el doctor en Ciencias de la Biología Celular y Molecular, Jorge Parodi, en conjunto con Sernapesca, se reunieran con la Comisión de Agricultura, Turismo, Minería y Bienes Nacionales del Consejo Regional, para analizar la actual situación que vive el ecosistema de diversos ríos de la región y el país, quienes desde el 2010 ya enfrentan la plaga del Didymo.
Actualmente, las medidas para controlar la Didymo son muy básicas, una red de control de 19 puntos que eventualmente podría aumentar a 35 equipos móviles. Esto logra la identificación temprana de esta agresiva plaga. Sin embargo, eso no es suficiente. También se deben aumentar los recursos económicos aplicando métodos integrales que urgen para solucionar este complejo panorama que viven los ríos de la región.
La consejera regional, Jacqueline Romero, al conocer los antecedentes actuales que entregó el experto, señaló que “nos preocupa que se esté trabajando muy lentamente en este proceso de mitigación parar evitar el avance de la plaga. Como Comisión de Turismo y junto al doctor Parodi y Sernapesca, queremos hacer un trabajo más profundo y donde se necesita inyectar recursos, por lo que vamos a comenzar un trabajo desde los territorios, para que la gente conozca lo que está sucediendo en nuestra región, porque esto va afectar fuertemente al turismo, los ríos y la fauna. Según los datos existentes, un 20 por ciento de las sub cuencas, están afectadas, por lo tanto es un problema que se debe abordar con urgencia”.
Entre las medidas está disponer de un centro de estudio de investigación de la metodología molecular. Junto con ello, continuar con un plan de fiscalización y monitoreo; planes de prevención, intervención, educación y planes de regulación a través de la ordenanza municipal.
El encuentro, que encabezó la presidenta de la Comisión, la consejera Jacqueline Romero, busca encontrar una solución y evitar que siga la expansión de esta dañina plaga que ya se alberga en los ríos de La Araucanía, tomando en cuenta que los efectos ambientales son adversos.
Por Gabriela Segovia Cornejo