Algunos plantean que el público tiene los medios de comunicación que se merece. Puede que sea de ese modo, pero no creo que sea el momento para discutirlo. Seguramente más adelante.
Pero permítanme señalar mi teoría de por qué tenemos estos medios de comunicación, como los canales de televisión, que nos “informan” con sus noticiarios; las radios con sus informativos, los diarios y portales de noticias (como este), que, a pesar de lo que usted posiblemente crea, hacen bastante bien su trabajo.
Me explico. ¿Se imagina usted a los canales como Chilevisión, Mega, TVN, Canal 13, entro otros de la parrilla, que nos informen con temas realmente “país”, que nos entreguen información veraz acerca de la pobreza; las desigualdades extremas que algunos aprecian en nuestro país; acerca de Educación gratis y de calidad para todos; al igual que Salud digna para todos y no sólo para los que tienen más; etcétera, etcétera? ¿Se imagina usted que LUN, en sus portadas, presentara información referida a espectáculo de calidad, pero el de verdad, acerca de las obras de teatro que se presentan en el país; acerca de cine nacional, entrevistas en profundidad a actores y actrices, poetas, entre otros?
¿Se imagina a Mega con un reportaje de cómo se comportan los políticos con los grandes empresarios; acerca de la colusión, no sólo de las farmacias y las isapres, sino de todo tipo de colusión? ¿Se imagina a Chilevisión informándole en profundidad el caso Penta? ¿Se imagina a TVN no entregándole sólo fútbol, sino un reportaje acerca del aborto en los países desarrollados?
Yo, la verdad, no me lo imagino. ¿Y sabe por qué?… simple: Porque eso significaría que usted, yo, su vecino, al otro día, al llegar al trabajo, conversaríamos de lo visto en la televisión, o platicaríamos acerca del buen reportaje de LUN. Eso, señores, para este sistema, sería terrible. Que las masas estén bien informadas, eso sería desastroso para un sistema que la UDI, RN, la DC, defienden a brazo partido, pero más afectaría a los patroncitos de los anteriores, los grandes poderosos de este país, los grandes empresarios.
Los canales de televisión deben, entonces, presentarnos notas acerca del completo más largo de Chile; cuánto cuesta vacacionar mochileando; cuánto helado consumen los chilenos; cómo es comprar en un almacén de barrio, cuál es el bloqueador que más le conviene a mi piel, etcétera, etcétera.
Olvídense de la información internacional. Acá la cosa es grave. Cuando tenemos suerte y hay notas internacionales, ya casi todas son presentadas así: “Estas imágenes vienen desde China. Una cámara de seguridad captó el momento preciso cuando un conductor….”. O de este modo: “Acá tenemos imágenes que vienen desde Filipinas, las que muestran cómo un orangután se comporta como un verdadero humano”, “Un campesino de Bulgaria estuvo a punto de morir carbonizado luego que a centímetros de él cayera un rayo”, y así podría seguir con los ejemplos claramente patéticos.
Recuerdo a una amiga alemana, que me vino a visitar a Temuco. Luego de ver televisión local, ella me preguntó “¿por qué la tv chilena no exhibe nada de información internacional relevante y seria? En Ucrania la cosa es muy grave con Rusia y acá en Chile no se informa nada”, me planteaba, agregando que sólo se exhibía acá notas basura. Y es claramente verdad y el objetivo central es para mantenernos eternamente en este estado de estupidez permanente. Ese es el objetivo central.
Para qué hablar de los realitys, las teleseries nacionales, turcas, mexicanas o venezolanas; los matinales, los programas de farándula, en fin. Todo lo anterior, tiene un objetivo central y es mantenernos idiotizados, que no ocupemos tiempo en culturizarnos, de informarnos, ya que lo repito, eso es peligroso para el sistema.
Ya lo sabe. Si no quiere transformarse en un tonto útil para este macabro sistema social, lea, vea televisión extranjera de calidad, oriente a sus hijos a que hagan lo mismo, salga a caminar con ellos, explíqueles el mundo y de a poco, le iremos ganando a quienes nos quieren mantener como imbéciles.
Por Mauricio Contreras