“No va a quedar nadie”

Por Mauricio A. Antivil Morgado, periodista.

Suele ser común escuchar el cliché “no veo tele porque no dan nada bueno”. Y hasta cierto punto, sabemos que en muchos casos eso resulta ser cierto. Pero ver y escuchar en televisión la afirmación “ojalá las autoridades hagan algo, porque si no en esta región no va a quedar nadie”, es algo para no quedar indiferente.

El escenario, nuevamente, la región. “Nuevo atentado incendiario en La Araucanía. Desconocidos quemaron una casa patronal…” y etcétera, etcétera, etcétera.  Nada muy diferente a lo que hemos conocido estos últimos meses. Y, de pronto, la frase en cuestión.

“Ojalá las autoridades hagan algo, porque si no en esta región no va a quedar nadie”.

Me parece una exageración.

No he logrado dejar de darle vueltas a esta frase. Puede ser entendible en el contexto, en la situación, en la frustración de un particular que pierde parte de su fuente de ingresos, pero pienso que es de una irresponsabilidad tremenda.

Sin desconocer la gravedad del conflicto, creo que palabras de este tenor son sólo para la galería, para la tele, y exageradas e irresponsables. Se es irresponsable si se quiere confundir e infundir temor en la ciudadanía; se es irresponsable al entregar frases que alimentan a todos aquellos grupos que se esfuerzan por demostrar que La Araucanía es un caos, una región afectada en lo más profundo y que necesita “paz social y orden”.

¿Paz social para quienes? ¿Orden para quienes? ¿Paz y orden para autoridades ajenas a las demandas, para agricultores armados en manifestaciones (más preocupados de aparecer en la prensa que otra cosa), e interesados en hacer valer su discurso racista y discriminatorio ante la complacencia de los medios de comunicación que de vez en cuando contaminan y ciegan a la opinión pública?

Es tiempo de sincerarse, pero de verdad. No se puede pedir que exista un buen clima social con una pistola en la cabeza y a la vez desconocer las demandas históricas; no se pueden conjugar “paz y orden” si se insiste en promover el odio y el racismo, la confusión y el temor, la exageración y la irresponsabilidad.

No se puede avanzar sin ir al fondo del asunto, pero debe hacerse con una verdadera voluntad. ¿Existirá? Esa es la pregunta que nos hacemos.

Para cerrar. Divisé hace pocas horas al presidente de los camioneros del sur, José Villagrán. Caminaba tranquilamente cerca del Hospital Regional y abordó la locomoción colectiva. Tras perderlo de vista, me quedé pensando en sus constantes declaraciones y peticiones de Estado de Excepción. Me habría gustado conocer su reacción ante la frase que motivó esta columna.  Preferí seguir mi camino.