Habitualmente, los niveles de ruido son representados por medio de colores de manera similar a las curvas topográficas en un mapa.
Los mapas de ruido son representaciones gráficas, sobre un plano, de los niveles de ruido existentes en una determinada área geográfica (ciudad, comuna) para un momento determinado. Habitualmente, los niveles de ruido son representados por medio de colores de manera similar a las curvas topográficas en un mapa.
Al respecto, al seremi del Medio Ambiente en La Araucanía, Andrea Flies, señaló que “como Ministerio del Medio Ambiente, sabemos que hay una necesidad por realizar estudios en distintas ciudades del país para conocer con exactitud cuáles son los niveles de ruido a los que está expuesta la población. Nos estamos haciendo cargo del problema, de hecho realizaremos tres nuevos mapas de ruido: en Temuco – Padre Las Casas; La Serena y Coquimbo y Valdivia. A esto debemos sumar la elaboración de la norma de emisión para vehículos y motos nuevas, que se encuentra en su tramitación final”, expresó.
¿Para qué sirven los mapas de ruido?
La autoridad regional detalló que los mapas de ruido son una herramienta fundamental en la gestión en control de ruido ambiental, ya que permiten evidenciar la presencia y magnitud del ruido, así como su distribución y la extensión de las áreas afectadas, permitiendo orientar la toma de decisión en diferentes ámbitos, destacando los siguientes:
Ordenamiento Territorial. Se plantea relevar al ruido como variable de decisión en el diseño y actualización de los Instrumentos de Planificación Territorial, IPT, de manera de favorecer y propender a la compatibilidad entre la diversidad de actividades que concurren en la ciudad.
Aislamiento Acústico. A partir de la caracterización del ruido en una determinada ciudad, es posible reconocer las necesidades de aislamiento acústico de las fachadas, en consideración a la sensibilidad de la actividad que se pretende emplazar y al ruido existente en la zona donde se construirá. Inicialmente se puede comenzar con exigencias para las edificaciones de uso habitacional, sin perjuicio de incluir otros destinos gradualmente.
Elaboración de Normativa Ambiental. Los mapas de ruido son la mejor herramienta de diagnóstico, por cuanto toda vez que se disponga de los resultados de las principales ciudades del país, se estará en condiciones de iniciar un trabajo en miras de comenzar el proceso de elaboración de una norma de calidad de ruido, sin perjuicio de alimentar el desarrollo de otros procesos normativos (normas de emisión).
Prevención de Conflictos Acústicos. A partir de la identificación del ruido existente, es posible reconocer las zonas tranquilas, donde se debe evitar el aumento de la situación sonora, mediante la implementación de exigencias para la instalación y apertura de actividades ruidosas; así como zonas donde es necesario actuar y donde no es conveniente permitir el emplazamiento de actividades sensibles.
Selección de Viviendas. En el marco de la adquisición o arriendo de una propiedad para uso residencial, los mapas de ruido permitirán reconocer aquellos lugares potencialmente aptos para el uso residencial, de modo que la conciliación y mantención del sueño no sean afectadas por el ruido ambiental.
Educación y Sensibilización. Si bien el ruido es un contaminante invisible, el disponer de mapas de ruido permite evidenciar la existencia, concentración y distribución de éste en la ciudad, dejando en evidencia la exposición y la coexistencia obligada, que a diario nos enfrentamos. Así, los mapas de ruido permiten reconocer su presencia y facilitan la educación y sensibilización frente a este contaminante.
Monitoreo de Metas Ambientales. En consideración a la actualización periódica de los mapas de ruido, es posible estudiar y reconocer la evolución de la situación sonora, permitiendo verificar la eficacia de las medidas y metas ambientales que se persigan alcanzar. Esto cobra especial relevancia en el seguimiento de los programas locales de reducción de ruido.
Se define ruido como cualquier sonido que sea calificado como molesto, desagradable o inoportuno, por quien lo percibe. A diferencia de otros contaminantes, el ruido no deja residuos, no tiene sabor, ni olor, ni textura ni color, por lo que se suele decir que el ruido es un contaminante invisible. Su radio de acción o de impacto se encuentra limitado a las características de la fuente que lo genera y del entorno donde se propaga.
Recomendaciones ciudadanas
Todos debemos colaborar en minimizar el ruido que hacemos. Por ejemplo, podemos:
Realizar un buen mantenimiento a nuestro vehículo, especialmente al silenciador. Evitar acelerar bruscamente en los semáforos o en las esquinas. Utilizar la bocina sólo cuando sea necesario o en casos de emergencia.
Practicar un instrumento musical sólo en horarios en que no se altere el descanso de nuestros vecinos. Usar herramientas ruidosas sólo en horario diurno. Usar aspiradoras y electrodomésticos ruidosos durante el día, evitando usarlos en horarios de descanso. Ubicar la lavadora, parlantes y refrigeradores lejos de muros divisorios con viviendas vecinas. Cerrar las puertas suavemente.
Fijar el volumen de la radio o TV no más fuerte de lo necesario, especialmente en la noche. Al hacer una fiesta en tu casa, avisar a los vecinos, y si es posible, invitarlos. Así, los vecinos conocerán la duración y características de las posibles molestias y podrán programar mejor sus actividades. Al salir de una fiesta, respetar el sueño de los vecinos. Si los niños juegan en el exterior, asegurarse que no provoquen ruido excesivo, como por ejemplo, patear pelotas contra las paredes vecinas o portones metálicos.
Por Claudia Fernández