Hoy, en lo que va del 2013, han perdido la vida a causa de accidentes de tránsito, 20 personas, 17 menos que durante el 2012.
Un positivo balance realizó el seremi de Transportes y Telecomunicaciones, Luis Calderón, ya que hasta la fecha, La Araucanía es la región con menos fallecidos a nivel nacional. Hoy, en lo que va del 2013, han perdido la vida a causa de accidentes de tránsito 20 personas, 17 menos que durante el 2012, lo que demuestra que las distintas campañas de prevención y de concientización han logrado impactar a los conductores que circulan por las calles y carreteras del sur de Chile.
La irresponsabilidad es el principal factor que ocasiona que cientos de familias deban sufrir por la pérdida de un ser querido, por lo que evitar que esto ocurra, es tarea de todos los participantes en las vías, no sólo de los conductores, sino también de peatones y ciclistas.
Utilizar siempre el cinturón de seguridad al interior de los vehículos, respetar los límites de velocidad establecidos, no beber alcohol si va a estar frente a un volante, revisar constantemente las condiciones técnico – mecánicas y usar elementos reflectantes, son las medidas más eficaces para tener una conducción responsable y así evitar tragedias en las vías.
17 vidas se salvaron
Se trata de un 46 por ciento a favor que fue valorado por el seremi de Transportes y Telecomunicaciones, Luis Calderón, quien aseguró estar “tremendamente satisfechos por la labor cumplida hasta ahora. El haber salvado 17 vidas a esta misma fecha comparado con el año 2012, nos llena de mucho orgullo como seremía principalmente, como Ministerio y Gobierno, dado que refleja una vez más la efectividad del trabajo que estamos realizando en distintos aspectos con los diferentes instrumentos y políticas públicas que hemos reforzado y creado”.
Cabe destacar que a las medidas preventivas empleadas por cada uno de los conductores, se suman intensos operativos de fiscalización que se realizan a diario en la región, con el objetivo de detectar a tiempo irregularidades en el transporte público y privado, que puedan poner en riesgo la vida.
Por Josefa Isabel Iturriaga