Jorge Abbott 2.0: Marta Herrera es la nueva carta de La Moneda para fiscal nacional

El perfil de “heredera” o la “continuidad” del polémico y exjefe del Ministerio Público, le pesó, además de su firma en el escandaloso convenio, luego anulado, entre la Fiscalía y la Iglesia Católica por los casos de abusos sexuales, además del hecho de ser la única candidata sin experiencia en investigar y lograr condenas.

Al filo del plazo, el Gobierno comunicó el nombre de Marta Herrera como la nueva candidata a fiscal nacional para su eventual aprobación por parte del Senado.

El Ejecutivo sufrió un duro traspié del rechazo de José Morales en su primera nominación ante la Cámara Alta.

El abogado Ángel Valencia, el único externo al Ministerio Público en la quina, parecía correr con ventaja, dada la simpatía que genera en el Senado. “Compadre” del presidente de la Cámara Alta, Álvaro Elizalde, se le sindicaba además como el candidato de la ministra secretaria general de la Presidencia, Ana Lya Uriarte.

Sin embargo, su rol como defensor en casos de violencia sexual y el resquemor que su nombre generaba en el Ejecutivo, sobre todo en la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, pesaron a la hora de la definición.

Otro nombre que asomó con fuerza fue el de Nayalet Mansilla, incluida en la quina de emergencia por la Corte Suprema junto a Juan Agustín Meléndez, el fiscal nacional subrogante. Pero distintas revelaciones periodísticas, como su vínculo en la trama entre Jorge Abbott, Sergio Moya y el fiscal Emiliano Arias, uno de los escándalos más graves en la interna del Ministerio Público, hicieron perder fuerza a su candidatura.

Así, las figuras de Meléndez y del fiscal de Aysén, Carlos Palma, empezaron a asomar como el “Plan B” de La Moneda. Pero finalmente el Gobierno sorprendió y optó por Marta Herrera, una apuesta femenina y a quien se sindica como la carta de la ministra de Justicia, Marcela Ríos.

La jefa de la Unidad Anticorrupción y la Unidad Jurídica del Ministerio Público era una de las favoritas en la carrera inicial. Incluso, un diario de circulación nacional la tildó de “faraona anticorrupción”, en un elogioso perfil.

Pero su nombre se fue diluyendo en la nominación que finalmente quedó en manos de José Morales.

El perfil de “heredera” o la “continuidad” del polémico y exjefe del Ministerio Público, Jorge Abbott, le pesó, además de su firma en el escandaloso convenio, luego anulado, entre la Fiscalía y la Iglesia Católica por los casos de abusos sexuales, además del hecho de ser la única candidata sin experiencia en investigar y lograr condenas.

En el tramo final de la “campaña” inicial, Marta Herrera dio varias entrevistas donde puso el foco en señalar que ha recibido “ataques sumamente injustos”. También buscó desmarcarse lo más posible del cuestionado exfiscal nacional, Jorge Abbott.

“Con Abbott tenemos visiones bastante distintas (…) Tengo toda una carrera que es ajena a la administración del exfiscal Abbott. Entonces, me llama la atención los reproches en esa línea, porque en definitiva, yo no estoy marcada por ninguna de las administraciones en las que he trabajado”, dijo en su momento la abogada y exacadémica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.

 

 

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