En la diligencia fueron incautados más de mil kilos de carne robada en un acopio clandestino del sector Maquehue.
La Fiscalía obtuvo la prisión preventiva de Mario Melinao Manríquez, de 36 años y Héctor Díaz Sobarzo, de 33, ambos con condenas anteriores por abigeato, quienes fueron formalizados por el robo de dos bueyes, en la comuna de Cunco.
La diligencia permitió además la incautación de mil kilos de carne en un acopio ilegal.
El fiscal Ricardo Gutiérrez, explicó que los imputados sustrajeron una yunta de bueyes desde un predio ubicado a la altura del kilómetro uno de la ruta S-75, en la comuna de esta comuna y después de arrearlos hasta un potrero cercano, faenaron a uno de los animales, carne que cargaron en el automóvil de Mario Melinao.
Tras ser alertados del delito, funcionarios de Carabineros fiscalizaron el vehículo cuando ambos sujetos volvían al lugar, presumiblemente para faenar al segundo buey.
“Encuentran que su interior diversas herramientas para llevar a efecto el delito de abigeato, como sierras, lazos, combos, sacos, y además el vehículo estaba con gran cantidad de sangre fresca y restos de pelaje que correspondía al animal que había indicado la víctima, asimismo se encontraron varios kilos de grasa al interior del auto”, dijo el fiscal Gutiérrez, quien formalizó investigación contra los imputados por el delito de abigeato.
VOZ FISCAL GUTIÉRREZ:
Acopio clandestino
El persecutor detalló que con los antecedentes aportados por uno de los detenidos, el OS-9 de Carabineros pudo dar con una bodega equipada con conservadoras, donde almacenaban la carne robada.
“Logran determinar que en el sector Maquehue había un acopio clandestino, donde finalmente ingresó Carabineros en virtud de una orden que otorgó el Juzgado de Garantía y se logró incautar alrededor de mil kilos de carne de vacuno”, señaló Gutiérrez.
El Tribunal de Garantía de Temuco acogió la solicitud del fiscal y decretó la prisión preventiva de Mario Melinao y Héctor Díaz, en atención a que ambos registran condenas anteriores por el mismo delito.
Por Jaime Arancibia