La animita del Cementerio General de la capital regional fue parte de una investigación que concluyó en un libro y un video que registran parte de la cultura local de la ciudad.
La vida y muerte de Emilio Inostroza Sepúlveda, fusilado en el año 1943 y hoy santo popular, y que se encuentra sepultado en el Cementerio General de Temuco, fue la investigación realizada por Patricio Riquelme Luco, estudio denominado “San Emilio: Santo y bandido” que derivó en un libro y registro documental que serán entregados a la comunidad regional.
La Animita San Emilio está rodeada de mensajes de agradecimiento de cientos de devotos que han depositado su fe y confianza en este personaje de la religiosidad popular.
Tal fenómeno de devoción, motivó al investigador a realizar un estudio sobre la vida de Emilio Inostroza Sepúlveda y la relación que hoy tienen sus seguidores con él, rescatando el patrimonio inmaterial que se sostiene en la cultura local, en este caso, la formas de fe y de vivir la religión.
Para el investigador, este trabajo se desarrolló con el fin de indagar en una contradicción que se da entre lo popular y lo establecido por la Iglesia Católica, señalando que “para la Iglesia, los santos deben tener una vida ejemplar, en cambio, el pueblo ha elegido a una persona que no posee esta característica y la transforma en un intermediario de Dios, que concede favores. Según los teóricos de la religiosidad popular, esta forma de religión es la de los oprimidos, que tiene una dimensión distinta a la óptica oficial de la Iglesia Católica”, mencionó Riquelme.
Este proyecto, financiado con fondos sectoriales de Gobierno, aporta a la historia local de la ciudad de Temuco y la Región de La Araucanía, relevando la tradición y las expresiones de la cultura popular.
Por Paulina Mercado Contreras