Los extranjeros pertenecen a la Fundación Proimpa, conocieron la experiencia que existe con el cultivo de lupino, considerando que este es el programa más grande de Sudamérica.
Expertos de la Fundación Proimpa de Bolivia, visitaron Inia Carillanca, en el contexto de una gira a Chile, con el fin de establecer nexos con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, para apoyar y orientar proyectos de investigación de productos andinos en ese país y que permitan favorecer a una amplia población de pequeños agricultores e indígenas en dicha zona boliviana.
Se trata del doctor Antonio Gandarillas, gerente general y Juan Vallejos, coordinador de Proyectos de la fundación indicada, quienes también realizaron una visita protocolar a la directora regional de este centro, Ivette Seguel.
Los especialistas tomaron contacto a nivel nacional con el director de Inia, doctor Julio Kalasich, además de visitar el trabajo que se desarrolla en Inia La Platina (Santiago) en cultivo in vitro de papa y frutales.
Luego, llegaron a La Araucanía, para tomar contacto con el fitomejorador de leguminosas, doctor Mario Mera y conocer la experiencia que existe con el cultivo de lupino, considerando que este es el programa más grande de Sudamérica.
La Fundación
Proimpa es una entidad dedicada a la ciencia y tecnología, orientada a desarrollar proyectos con la Agricultura Familiar Campesina en la zona andina de Bolivia, principalmente en cultivos de papa, quínoa y lupino.
Este último, en la búsqueda de re-introducción en el trabajo de los pequeños productores bolivianos, con el fin de mejorar sus cultivos y dar valor agregado, considerando que tienen suelos muy pobres.
“Trabajamos con agricultores pequeños e indígenas, quienes deben ser capacitados desde los conceptos biológicos, en cultivos, enfermedades y plagas. Queremos sistematizar la información en el campo, re-encantar a las nuevas generaciones y lograr evitar la migración a las ciudades. La zona andina de Bolivia, como sucede en otros países de Sudamérica, se enfrenta a este problema de migración, lo que va aumentando los círculos de pobreza. Por eso nuestro desafío es entregar tecnología y lograr que el agricultor mejore sus condiciones de vida”, acotó Gandarillas.
Por otra parte, Juan Vallejos, aclaró que este círculo vicioso se ha dado muy fuerte en la zona andina de Bolivia, no así en la parte baja del país, puntualmente en Santa Cruz. “Aquí la agricultura es más extensiva, con otros cultivos como la soya, algodón y arroz. Aparte que las condiciones de suelo son diferentes. Por eso la importancia de conocer la experiencia de Inia, quien tiene un gran avance en papa, frutales y lupino, realidad que podemos replicar con nuestros productores en la zona andina. Hoy el mundo es pequeño y la idea es colaborarnos mutuamente”, dijo.
Lazos con Inia
En Inia Carillanca, junto al doctor Mario Mera, conocieron el trabajo en lupino, cultivo que es usado en la rotación y un aporte para mejorar las condiciones del suelo. “En Bolivia se cultiva el lupino andino o tarwi (Lupinus mutabilis), especie que no es cultivada en Chile. Sin embargo, nuestra experiencia con los lupinos blanco y australiano puede ser útil para los colegas bolivianos y con todo agrado podemos compartirla”, señaló Mera.
Finalmente, los expertos de Proimpa se mostraron interesados en apoyar las investigaciones que Inia lleva a cabo en quínoa, donde Bolivia nos lleva la delantera y que se presenta como una atractiva alternativa para la pequeña agricultura y parte importante de la canasta alimenticia de nuestros pueblos originarios. Bolivia tiene mucha información y experiencia en variedades, plagas y enfermedades que podría transferir a la investigación chilena y de este modo ser un aporte a la pequeña agricultura del sur de Chile.
Por Lilian Avendaño