Nuevas preparaciones, platos con mayor identidad local, mejor servicio, capacitaciones dentro y fuera de nuestro país y, como resultado, mayor cantidad de visitantes, destacaron los emprendedores de Saavedra, Teodoro Schmidt y Toltén.
El mar del límite entre las regiones de La Araucanía y Los Ríos, fue el punto de encuentro para los representantes de 18 pequeños emprendimientos, en su mayoría restaurantes y cocinerías de Saavedra, Teodoro Schmidt y Toltén, y escenario de cierre del segundo año del Nodo Gastronómico de la zona Costera.
Durante el segundo año de la iniciativa, los participantes lograron desarrollar un plan de capacitación y asesoría técnica que les permitió innovar en preparación y presentaciones culinarias, sumando a su oferta productos más atractivos, para paladares más exigentes, pero sin perder su identidad local, diversificando y sofisticando la oferta gastronómica.
Fueron los mismos beneficiarios, quienes a la hora del balance, valoraron el desarrollo alcanzado gracias a la iniciativa ejecutada por Visión Ingenieros y apoyada por Corfo. Angélica Aguilera, propietaria del Restobar Almendra, en la localidad de Hualpín, en Teodoro Schmidt, recuerda que “era un local que se inicio con mucho miedo, pero el Nodo Gastronómico me dio la seguridad y el apoyo para salir adelante, la publicidad necesaria y las ganas para seguir en el negocio”.
Para Antonio Gajardo, chef y propietario del restaurante Llofquinue, ubicado en el sector Alto Cheuque de Caleta Queule, y donde se realizó el encuentro de clausura, no olvida que “cuando nos tomaron a nosotros, éramos poco conocidos. Hoy, después de dos años, hemos podido recorrer otros lugares, enriquecernos de otras vivencias: estuvimos en Mixtura Perú, en Argentina, donde hemos ido recopilando información que hemos ido recibiendo y nos ha ayudado montones”, asegura.
Lo anterior, les ha permitido a los beneficiarios aprender a partir de las experiencias de otras zonas del país y del extranjero. La representante del Centro Gastronómico de Puerto Saavedra, Margarita Cayún, asegura que su local, y la vida de su familia, “ha cambiado en un 100 por ciento. Aprendimos muchas cosas, nos capacitamos, y así empezamos a arreglar nuestro local. Antes, cuando empecé, me decían que tenía que tener cazuela de vacuno y de ave. Eso tenía, pero no me resultaba, era comida que yo perdía. Ahora cocinamos productos del mar y nos va bien. Y ahora estamos integrando platos más bonitos, platos lafquenche mapuches. Nos está saliendo mejor”.
Para Rodrigo Muñoz, representante de Visión Ingenieros, ejecutores del proyecto, ese es uno de los objetivos del Nodo Gastronómico Costero. “Durante estos dos años, nos hemos dedicado fundamentalmente a sofisticar la oferta gastronómica que tenía el territorio costa de La Araucanía”. Con ello se ha beneficiado la calidad de la oferta entre los locales. “De acuerdo a la retroalimentación que hemos tenido”, y agrega Muñoz, “han tenido un incremento sustantivo en su calidad de servicio, en su oferta gastronómica y hoy estamos lanzando -en varios de ellos- nuevos platos con elementos más identitarios que van a permitir esbozar una ruta gastronómica”, adelantó.
En el mismo sentido, el chef y propietario Restaurante Llofquinue, enfatiza que las actividades desarrolladas gracias al Nodo le han permitido ir “recopilando información para hacer productos similares acá con los elementos que tenemos acá, como los mariscos, el cochayuyo, el ulte, infinidad de cosas que al principio no tomábamos en cuenta, pero que ahora hemos podido incorporar a nuestras mesas, a nuestros menú”.
El comunicador audiovisual especializado en Gastronomía, Gonzalo Carrasco, quien llegó hasta la Caleta de Queule para participar del cierre del Nodo y conocer la experiencia de estos emprendedores, asegura que “estos chef que están creando platos nuevos, que están rescatando recetas antiguas, elevándolas de nivel con un mejor trato del producto, están haciendo mucho ruido en Santiago y en otras partes de Chile”, analizando que “cuando veo un plato, ahora, comprendo que hay una historia muchos más allá de la cocina, más allá que la preparación o intención del chef, más allá del emprendimiento. Hay un vínculo con los productores locales, con la tierra”, lo que es más valorado incluso fuera de nuestro país.
Y los resultados han llegado por sí solos. “Las actividades han generado un impacto en los locales beneficiarios de este Nodo y hemos notado que se ha generado un mayor número de visitantes y como nodo, esperábamos descentralizar zonas muy copadas y potenciar otras zonas turísticas y gastronómicas, generando una idea de ruta turística y gastronómica”, indica Ricardo Velásquez, ejecutivo de Copeval, entidad ejecutora del proyecto
Circuito gastronómico que ya comienza a cimentar las bases para conectar todas las localidades de la costa de La Araucanía, posicionando los productos del mar y la alta gastronomía como eje central del desarrollo productivo de esta zona del país.
Por Héctor Burgos