El otorgamiento de los símbolos de su uniforme, marca el inicio de sus prácticas clínicas en la comunidad.
El comienzo del trato más directo con los pacientes, siempre marca un hito importante en la vida de los profesionales de la Salud. Es el momento en que no sólo el aprendizaje teórico adquirido es puesto en práctica, sino también marca el inicio de la verdadera y más compleja labor de todas: la interacción con las personas, sus problemas y vivencias.
Tal es la relevancia que posee el proceso de investidura, hecho que se llevó a cabo en una solemne ceremonia en el marco del Día Internacional de la Enfermería en el Gimnasio de la Unap Sede Victoria, en compañía tanto de las autoridades de la universidad, como de los estudiantes y de sus muy emocionados familiares.
Tras el ingreso de los alumnos portando velas como símbolo de la luz del conocimiento, y luego de las palabras pronunciadas por el jefe de la Carrera de Enfermería, Mauricio Burgos Maldonado, los 40 estudiantes de segundo año, procedieron a recibir la piocha, en el caso de los hombres y la toca, para las mujeres, símbolos del uniforme de Enfermería, que oficializan el comienzo de sus prácticas clínicas en los distintos centros de salud de la Provincia de Malleco.
Según Mauricio Burgos, este paso en la vida profesional de los estudiantes “es un momento muy importante, tanto para los alumnos, como para las familias que en estos momentos nos acompañan y que pueden estar felices compartiendo con sus hijos. Estamos muy orgullosos de este momento, que tiene una real significancia para la profesión, para la disciplina y para la carrera”.
Pero no sólo el evento implicó la investidura de los futuros enfermeros, sino también la entrega de dos importantes reconocimientos, uno de ellos, el “Modelo Florence Nightingale”, nombrado así en memoria de la famosa enfermera británica, considerada madre de la Enfermería Moderna, el cual fue otorgado a Héctor Zúñiga González, por su extraordinaria dedicación y vocación a la profesión, galardón que recibió en su reemplazo su hermana, Tatiana Zúñiga González, quien también fue elegida por sus pares como la “Mejor Compañera”. Frente a esto, la estudiante no pudo disimular su sorpresa, asegurando que “de partida, no me lo esperaba. Estoy muy agradecida de todo, de mis compañeros, de la carrera y del inicio de todo esto, o sea, ahora inicia la práctica, luego la vida laboral. Estoy muy agradecida y muy contenta”.
Con esta ceremonia, los alumnos de Enfermería enfrentan un nuevo punto decisivo en su crecimiento no sólo profesional, sino especialmente en su desarrollo como personas, frente un mundo laboral cada vez más competitivo y más necesitado de disciplina, de conocimientos y de calidad humana.
Por Cinthia Muñoz Agüero