Momentos tristes para la comunidad que abruptamente vio partir a cinco de sus hijos, trabajadores que fuera de la ciudad, buscaban el sustento para sus hogares.
Cuatro de las cinco víctimas fatales del accidente registrado en la Ruta 86, que une Los Sauces con Angol y que registraban domicilio en Collipulli, fueron sepultados en el Cementerio General de esa ciudad, ante un marco impresionante de público, registrándose además escenas de profundo dolor ante la tragedia que desde el sábado enlutó a la comuna.
El quinto trabajador fallecido, tras una misa en la Parroquia local al mediodía, fue trasladado al Cementerio Católico de Angol, donde recibió sepultura.
Fue una verdadera manifestación de pesar, vecinos, amigos, familiares y habitantes que sin tener relaciones de los fallecidos, se dieron cita en el cementerio, para testimoniar así su solidaridad con las familias de las víctimas fatales de la tragedia.
Los restos mortales de Daniel Avello Linco, de 19 años, tras su velatorio en la que fuera su casa habitación en Población Raul Silva Henríquez, fue trasladado a la Parroquia San Luis, donde se ofició una misa por el eterno descanso de su alma. En el mismo templo parroquial, también se ofició la misa por José Ricardo Palma Moreno, de 42 años. Destacó en la oportunidad la presencia de la Orquesta Sinfónica Estudiantil, dado que sus hijas Camila y Fernanda forman parte del grupo orquestal juvenil.
Momentos tristes para la comunidad
Los hermanos Madian Ernesto y Raúl Hérman Ponce Mella, de 40 y 38 años respectivamente, fueron velados en la Sede Comunitaria de la Población Alfonso Meynet. En dicho lugar se desarrolló un servicio religioso evangélico, para ser sepultados posteriormente en el Cementerio de la ciudad.
Bernardo Marín Ancapi, de 36 años, fue sepultado en el Cementerio de Angol, previo a su traslado al Templo Parroquial de Collipulli, donde se ofició una misa a las 13.30 horas. Posteriormente el cortejo enfiló hacia la ciudad capital de Malleco.
En el trayecto, numerosos vecinos saludaban el paso de las carrozas, pañuelos y globos blancos, velas en las veredas, pero fundamentalmente solidaridad, apoyo y comprensión para las familias que viven la tragedia de perder a sus seres queridos.
Los funerales de estas víctimas fueron una instancia de unión entre collipullenses, ya que todos sintieron el golpe de haber perdido a un amigo, a un familiar o a un conocido, al vecino, al deportista.
Momentos tristes para la comunidad que abruptamente vio partir a cinco de sus hijos, trabajadores que fuera de la ciudad, buscaban el sustento para sus hogares.
La comunidad collipullense está dolida, está triste, está de duelo. Fueron cinco personas que hicieron su vida en estas generosas tierras coloradas, que este lunes los recibió en su seno y para siempre.
Por Mario Grandón C. / Fotos de Pablo Díaz Curinao
Que fome como murieron todos danie Q.E.P.D.