15 menores pudieron aprender de manera didáctica expresiones cotidianas en idioma chino y detalles de la cultura del gigante asiático.
Niños de entre 7 y 13 años pudieron disfrutar y aprender de la cultura china, en el curso de Chino Mandarín que ofreció de manera gratuita el Instituto Confucio UST Temuco.
En este curso -realizado en la casa de estudios superiores- los infantes recibieron una introducción al idioma chino mandarín, donde aprendieron expresiones cotidianas, los particulares caracteres del idioma y su pronunciación, profundizaron además acerca de la cultura del gigante asiático de manera didáctica y entretenida.
A cargo del curso estuvo la profesora nativa, Jimin Wang, quien se incorporó durante 2017 a la casa de estudios superiores directamente desde la República Popular China.
Jimin Wang, docente del Instituto Confucio UST Temuco, señaló que “es muy importante que los niños puedan aprender el idioma y la cultura de china, ya que les da un valor agregado a su formación educacional”.
Gustavo Riveros, estudiante de 13 años que participo del curso introductorio de Chino Mandarín, señaló que “me encanto participar del curso, ya que pudimos aprender de otra cultura y otro idioma”. Por su parte, la Sindy Riveros, de 8 años, indicó sobre lo aprendido durante el curso que “aprendimos a saludar y a decir nuestro nombre en chino. Además de aprender a hacer papel picado y un nudo chino”.
Para Ignacio Sepúlveda, de 10 años y también participante de la actividad, sentenció que “fue una actividad de mucho aprendizaje, donde pudimos conocer lo que es la cultura china y su idioma, fue una gran experiencia”.
Sobre el Instituto Confucio
El Instituto Confucio UST fue inaugurado en 2007 en la ciudad de Viña del Mar, siendo el primero de su tipo en Chile. Actualmente consta de 19 sedes de Arica a Punta Arenas -incluida la ciudad de Temuco- cuyo objetivo es difundir el idioma y la cultura china.
El IC UST ofrece programas de estudio de la lengua y la milenaria cultura china, generando, de esta manera, un real entendimiento del país oriental.
Por Andrés Olivera Alvarado