Los socios aprovecharon la oportunidad para inaugurar una sala de ventas y dar a conocer su nuevo portal web, herramientas que les permitirán seguir avanzando en el rubro que los mueve, el lupino amargo.
Un centenar de personas, entre productores y profesionales, participaron de un día de campo desarrollado en el contexto del aniversario de la Cooperativa Campesina Boroa. Los socios aprovecharon la oportunidad para inaugurar una sala de ventas y dar a conocer su nuevo portal web, herramientas que les permitirán seguir avanzando en el rubro que los mueve, el lupino amargo.
En el día de campo se dio a conocer parte del trabajo que ejecuta Inia Carillanca con financiamiento Corfo en el ámbito de un valioso proyecto denominado “Difusión del manejo agronómico apropiado para la masificación de material genético mejorado de lupino amargo”. Esta iniciativa se desarrolla en alianza con la Cooperativa Boroa y Cege Araucanía y se inserta en un programa de difusión tecnológica (PDT), cuyo objetivo central es mejorar tecnologías de producción y comercialización a fin de aumentar la competitividad de los agricultores productores de lupino amargo de La Araucanía.
Los investigadores Mario Mera y Nelson Espinoza de Inia, con el apoyo en terreno del ingeniero agrónomo José Miguel Alcalde, fueron quienes lideraron las charlas de este día de campo, oportunidad en que los asistentes conocieron en terreno valiosos aspectos técnicos sobre el establecimiento y el control de malezas, frente a macro parcelas con la variedad Boroa-Inia.
Adecuada preparación de suelo
Los especialistas indicaron que para un buen establecimiento del lupino amargo, es fundamental una adecuada preparación de suelo, que empiece con un ‘barbecho químico”, esto es, aplicación de glifosato y luego usar cincel, rastra y vibrocultivador. “Es importante que, en la medida que el clima lo permita, estas labores se hagan con suficiente anticipación a la siembra, a fin de permitir la germinación y luego eliminación de una generación de semillas de malezas. La dosis de semilla de lupino debe ser suficiente para lograr un cubrimiento rápido del suelo, lo cual implica utilizar al menos 160 kilos de semilla por hectárea”, indicó Mera.
Por su parte, Nelson Espinoza aclaró que los herbicidas aplicados de pre-emergencia son fundamentales para el control de malezas en lupino y entre los productos más convenientes se encuentran los que llevan como ingrediente activo simazina o metribuzina. El complemento con un herbicida graminicida aplicado de postemergencia puede ser requerido cuando las malezas gramíneas son abundantes y particularmente cuando se trata de especies de reproducción vegetativa, como pasto cebolla y chépica”, agregó.
Se paga con creces
Finalmente, se explicó que el costo de la aplicación de herbicidas se paga con creces con mayor rendimiento y mejor calidad. Los especialistas insistieron en que el agricultor campesino puede optar a rendimientos superiores a 30 quintales por hectárea siguiendo las recomendaciones, como lo han demostrado los socios de la Cooperativa Campesina Boroa.
Cabe indicar que la variedad Boroa–Inia fue liberada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) el año 2006 con apoyo financiero de Indap. “La idea era establecer semilleros a cargo de los pequeños agricultores, en este caso la Cooperativa Campesina Boroa, con el fin de masificar la variedad, altamente demandada por sus buenas características agronómicas. El paso del tiempo nos ha dado la razón, las alianzas, seguir las orientaciones y trabajar con responsabilidad son la clave para avanzar en el rubro”, dijo finalmente Osvaldo Burgos, presidente de la Cooperativa Boroa.