Ni el más optimista de los hinchas de Deportes Temuco habría apostado que en la décimo sexta fecha del torneo de Segunda División, el albiverde estaría puntero en la tabla de posiciones. Menos cuando, desde dentro y también fuera de la cancha, el club hizo muchas veces lo contrario para estar en la actual posición. Y uno de los grandes artífices de este presente tiene nombre y apellido: el entrenador argentino Carlos Girardengo.
Atrás queda la derrota 2-3 en el Becker ante Melipilla, dejando un manto de dudas. También los dichos de algunos hinchas que pedían su cabeza tras la derrota de visita por 0-2 ante Provincial Osorno ¿Alguien se acuerda de los problemas de camarín que sufrió el plantel y que derivaron en la salida de Isaías Peralta y Diego González? Y es que cuando el barco tambaleaba y la confianza se esfumaba, el trasandino, fiel a su estilo directo y a veces irónico, siguió confiando en sus convicciones futbolísticas y en su manejo para liderar a un grupo que vive y vivirá con el peso de devolver a la institución a un sitial de donde otros no tuvieron la capacidad de mantenerlo.
Si hablamos de números, el argentino es clave en el resurgimiento de la ilusión. Tras el 1-5 ante Copiapó, el “Histórico” no perdió más por el torneo de Segunda División. El 0-1 del partido de vuelta ante Unión Temuco por Copa Chile no mancha en nada la curva ascendente en el rendimiento del equipo. En el torneo de verdad, ese donde el objetivo es ascender a Primera B, el albiverde suma dos meses sin conocer la derrota. Sumó 15 de 21 posibles, y de visita, mostró fútbol y convicción para rescatar un empate ante San Felipe y derrotar, sin apelaciones, a Melipilla y la filial de Audax Italiano. Encontró en el 4-3-1-2 un dibujo táctico ideal y flexible, con la seguridad en el pórtico de Diego Figueroa, el liderazgo en defensa de Gonzalo Lauler y el poder goleador de Lino Maldonado. Por todo lo anterior es que “El Pije” suma 25 puntos, igualando la línea de Provincial Osorno e Iberia, los otros candidatos.
Pero más allá de los números, Girardengo hizo algo crucial que enmarca el buen presente de Deportes Temuco: protegió a sus jugadores, los blindo en el peor momento. Cuando los hinchas creían que la salida de Peralta y la lesión de Matías Rojas dejaban al equipo sin fútbol, el DT le entregó toda la responsabilidad a un tímido Brian Castillo ¿El resultado? El volante es el cerebro del equipo y una de las figuras de la temporada. El caso de Manuel Simpertegui es similar. En los momentos más críticos del ex Deportes Concepción, el técnico afirmó que “era el que mejor comprendía su idea de juego”. De ahí en más, el jugador fue otro, tanto por el lado derecho como en el izquierdo. Respondió, anotó y le devolvió ese voto de confianza entregado por el DT.
Ese es el “estilo Girardengo”. Puede gustar o no, pero los resultados no dejan margen de error. No busquen más un líder dentro de la cancha. El verdadero guía del plantel está en el banco y los jugadores así lo entendieron.
Muy buena columna. Primera vez que leo en esta zona, una columna especializada y con argumentos y no con mañas como suele ser en este ámbito periodístico. Felicidades sr. Orias por su aporte.