“En Chile no se hace combate aéreo nocturno. En Francia, Australia, Canadá, Sudáfrica y en otros países si se hace. ¿Cuánto hubiera mejorado la situación si helicópteros hubiesen enfriado áreas cercanas a poblaciones durante toda la noche?”, se preguntan.
El Colegio de Ingenieros Forestales de Chile realiza una dura crítica al Estado y a las autoridades luego de conocerse las diversas aristas que rodean los incendios forestales que han sacudido la zona central del país, y en particular a la Región de Valparaíso.
Sus críticas apuntan a la estrategia de Conaf, dependiente del Ministerio de Agricultura, además del tratamiento negligente del fuego de las autoridades; la falta de recursos en los municipios para la prevención temprana de las emergencias; sumado a que en Chile no existe el combate nocturno de este tipo de siniestros y la falta de protección de expertos de Bomberos.
En su declaración se preguntan sobre los que provocaron la emergencia, “¿Seguirán en libertad?” y añaden: “a exactos 10 años de una tragedia similar que afectó a la zona, al parecer no hemos aprendido las lecciones que nos lleven a evitar estos desastres. Por lo mismo, deseamos compartir algunas reflexiones que permitan avanzar en la solución de este problema de urgencia nacional:
Conaf cuenta con un histórico presupuesto de 148 mil millones de pesos para el combate de incendios, un 97 por ciento mayor que el de la temporada anterior. Este incremento, sin embargo, no ha evitado la tragedia, constituyéndose esta temporada en la con más víctimas fatales de nuestra historia reciente. Esto nos debe llamar a cuestionarnos si estamos haciendo lo correcto. A todas luces se debe revisar la estrategia.
Los incendios forestales se han constituido en un problema de seguridad pública, además de los otros problemas sociales, ambientales y económicos que conllevan. El uso irresponsable del fuego, ya sea negligente o intencional, está cobrando cada año más víctimas, con niveles de destrucción difícilmente vistos en el pasado.
El concepto básico sigue siendo la PREVENCIÓN y luego la detección y combate TEMPRANO, cuando todavía los incendios son pequeños. Los recursos hay que ponerlos principalmente ahí, antes que se produzcan las tragedias, y a nivel local, como municipalidades o juntas de vecinos. Se requieren, además, medidas de excepción preventivas que apunten a la vigilancia, especialmente en zonas de interfaz complejas como es la zona de Viña del Mar, Valparaíso y alrededores, en lugares donde es recurrente el inicio de incendios o en zonas donde existe terrorismo rural.
La aparición del fenómeno de intencionalidad de los incendios (cada vez más frecuente) es extremadamente delicado, porque sus autores buscan, precisamente, generar incendios grandes a través de multi focos y otros métodos que buscan anular el combate temprano. Vemos como imprescindible y URGENTE generar una fuerza de tarea de alto y sofisticado nivel, dedicada a estudiar cómo combatir este fenómeno. Se sabe que es posible tener imágenes satelitales de alta resolución a toda hora o drones vigilantes cuando las condiciones meteorológicas sean aptas para una rápida propagación y, quizás, por ahí pueden ir las claves.
En Chile no se hace combate aéreo nocturno. En Francia, Australia, Canadá, Sudáfrica y en otros países si se hace. ¿Cuánto hubiera mejorado la situación si helicópteros hubiesen enfriado áreas cercanas a poblaciones durante toda la noche? Nuestro Colegio pide que se habilite esta herramienta, especialmente cuando se trata de amenazas a sectores poblados.
Así como en el cuerpo de Bomberos no se cambia a los más expertos cuando entra otro gobierno, el Estado debe garantizarle a la población lo mismo. Debiera ser sagrada la continuidad de los puestos claves en prevención y combate, ganadas con mérito y experiencia, evitando que no sean relevados de sus cargos o alejados de las primeras líneas de decisiones cuando cambian los gobiernos.
El proyecto de ley del Ejecutivo para la prevención de incendios que se tramita hoy en el Congreso aborda la persecución de los propietarios de terrenos con vegetación y no dice nada sobre el riesgo de ocurrencia intencional, ni negligente. Este proyecto de ley no puede salir así como está presentado, hay que mejorarlo significativamente.
Finalmente, deseamos reconocer el valor y sacrificio de todos quienes están hoy enfrentando esta tragedia. Brigadistas, profesionales forestales, Bomberos, Carabineros, personal de la Salud, voluntarios y todos quienes están movilizándose para ir en ayuda de los damnificados. Su sacrificio nos obliga.