Señor director:
La izquierda y la centroizquierda chilenas deben reflexionar y comprender la importancia de volver sobre su esencia: la defensa de los intereses de las clases trabajadoras, en pos de la justicia social, el fortalecimiento de la democracia y la protección de los derechos fundamentales.
Cuando aquello se descuida, dejándose nublar por la estética y diversas causas de menor orden de lo que en nuestro país se ha caricaturizado como “progresismo ñuñoíno”, muy de moda durante lo que va de siglo, pasa lo que pasa: el populismo de (ultra)derecha avanza.
No nos vayamos a arrepentir después.
Juan Pablo Pinto Montero
Abogado de la Universidad de Chile
Militante del Partido Socialista (PS)