Alrededor del 8 por ciento de las personas discapacitadas del país lo son a consecuencia de un accidente de tránsito, por lo que los especialistas alzan la voz a cuidarse en esta Semana Santa.
Cada año, alrededor de 40 mil personas resultan lesionadas a raíz de un accidente de tránsito y más del 50 por ciento es ocasionado por imprudencias del conductor. De ellos, cerca de un 60 por ciento resulta con algún grado de discapacidad.
Una dura realidad que en estas fechas como Semana Santa y la gran cantidad de vehículos que transitan por las carreteras, se vuelve aún más patente, sobre todo al pensar que el 8 por ciento de los discapacitados del país lo son a causa de un choque.
“De allí la importancia de conservar una conducción segura para evitar la muerte y/o lesiones graves que puedan ocasionar algún grado de discapacidad”, advirtió la médico fisiatra, especialista en rehabilitación, Jacqueline Dote.
Accidentes que en su mayoría acarrean a las víctimas traumatismos encéfalo craneanos o lesiones medulares, dejando secuelas graves que pueden afectar el funcionamiento normal de la persona que los sufre, dificultando desde el desempeño de actividades básicas de la vida diaria tales como, alimentarse o vestirse, hasta perder la capacidad de mover su cuerpo y extremidades en forma voluntaria, requiriendo asistencia de un tercero en forma constante.
Caso real
Paradoja de la vida que le tocó vivir en carne propia a Gabriel, que llevaba un mes trabajando como repartidor en una panadería, cuando al cruzar un semáforo, no se percató que se acercaba un bus a alta velocidad que embistió la camioneta que él manejaba. Estuvo dos meses en coma por el TEC abierto que sufrió y dos años hospitalizado, trayendo como consecuencia una pérdida de memoria de la época en que ocurrió el accidente, dificultades en el habla y un aumento en el tono muscular de su pierna y brazo izquierdo que le impedían el desplazamiento.
“Al momento del choque, la fuerza del impacto por sí misma ya está provocando lesiones en el cerebro y si la persona no está usando cinturón de seguridad, puede golpearse además contra el volante o el parabrisas, lo que ocasiona y suma daño aún mayor. Ese traumatismo craneal puede ocasionar una hemorragia cerebral, que dependiendo de su extensión, será causante de distintos grados de compresión del tejido cerebral. Esto sumado en muchos casos a otras lesiones graves por ejemplo, fracturas de extremidades, hematomas intra abdominales, aumentan el déficit de oxigenación de las neuronas, las cuales pueden dañarse y morir rápidamente, provocando que, en esa zona, el daño sea irreversible”, indicó Dote.
La especialista aseguró que alrededor de un 60 por ciento de las personas que sufren accidentes, pueden quedar con algún grado de secuela o discapacidad, lo que significa que necesitarán ayuda.
Tratamiento
“Las contusiones y daños en el sistema nervioso central y periférico derivan en un desequilibrio nervioso y de la actividad muscular, lo que se traduce en que el paciente presenta cambios en el tono muscular, que se aprecia como mayor rigidez en las extremidades”, explicó la doctora sobre la molestia denominada Espasticidad, la que en la actualidad de trata con Botox (OnabotulinumtoxinA).
“Se ha demostrado que este tratamiento produce una reducción sustancial de la rigidez de los músculos comprometidos, permitiendo la movilización de articulaciones que se hallan fijas, lo que permite activar la movilidad del segmento en algunos casos, facilitando por ejemplo el manejo y la higiene del paciente, a la vez que disminuye el dolor causado por la contracción sostenida del músculo durante la espasticidad”, aseguró Dote.
Gabriel, gracias a que tuvo la posibilidad de ser inyectado con Botox en su pierna y brazo, logró recuperar la movilidad de sus extremidades, incluso para permitirle reinsertarse laboralmente, lo que para estos pacientes gravemente lesionados en accidentes de tránsito es todo un desafío.
Recomendaciones ante un accidente
– Llamar inmediatamente al número de emergencias
– Inmovilizar el cráneo, sujetando con ambas manos la cabeza
– Revisar las vías respiratorias y permitir la oxigenación colocándolo en lugar fresco con abundante circulación de aire.
– Si la persona vomita, girar al mismo tiempo la cabeza, el cuello y el resto del cuerpo como una unidad.
– Si hay sangrado, presionar la herida fuertemente con tela limpia y si se empapa, no retirar la tela, sino colocar otra encima.
– Si se sospecha de fractura craneal, no hacer presión en la cabeza y no sacar el objeto incrustado o residuos.
Por nuestro medio asociado LaNación.cl