Este retroceso, uno de los más graves en América Latina, expone un deterioro alarmante en las condiciones para el periodismo y cuestiona el compromiso del país con un derecho fundamental.
Chile se hunde en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2025 de Reporteros Sin Fronteras (RSF), cayendo estrepitosamente del puesto 52 al 69 entre 180 países.
Este retroceso, uno de los más graves en América Latina, expone un deterioro alarmante en las condiciones para el periodismo y cuestiona el compromiso del país con un derecho fundamental.
El informe de RSF, divulgado este viernes, desnuda las debilidades de Chile en los cinco indicadores evaluados: contexto político, marco legal, contexto económico, contexto sociocultural y seguridad.
Las presiones económicas destacan como un cáncer para los medios, alimentadas por la concentración de la propiedad, la asfixia financiera de anunciantes y la opaca distribución de fondos públicos. “El periodismo chileno opera bajo una espada de Damocles económica que amenaza su independencia”, sentencia el reporte.
No menos preocupante es el aumento de la hostilidad contra los periodistas. Agresiones físicas, estigmatización desde sectores de poder y un clima de creciente intolerancia han minado la seguridad de quienes informan. Este escenario, lejos de ser un accidente, refleja una inacción preocupante de las autoridades, que no han logrado frenar la impunidad ni garantizar un entorno seguro para la prensa.
Mientras países como Brasil recuperan terreno en el ranking, Chile se estanca en una deriva que pone en jaque su reputación democrática.
Organizaciones de defensa de la prensa exigen medidas urgentes: un marco legal robusto, transparencia económica y el fin de la retórica que demoniza a los medios. La libertad de prensa no es negociable, y su erosión en Chile es una advertencia que no puede ignorarse.